Nuestra práctica política de intención revolucionaria se expresa en la política de masas de todo el conjunto de la organización. Es por eso que tratamos de insertarnos en los diversos espacios donde se establece la lucha de clases. En pos de construir un anarquismo con un proyecto político propio, con una estrategia general de lucha, con propuestas para la etapa, que defienda los intereses de la clase trabajadora, y de los oprimidos en general, nuestra práctica se establece en los barrios, en las facultades, en los sindicatos, etc. Es ahí donde el anarquismo debe florecer, de donde nunca debió haber salido.

Entendemos que luego de tantos años de ausencia en las luchas populares de nuestro pueblo, (desde la FORA Federación Obrera Regional Argentina de principios de siglo, la FACA Federación anarco-comunista Argentina de 1935, y Resistencia Libertaria, la expresión organizada del anarquismo en los ´70) los anarquistas debemos estar organizados y construir una gran organización específista a lo largo y ancho de todo el país.

La larga historia de las luchas sociales no solo a nivel nacional, sino en toda Latinoamérica y en el mundo ha puesto al anarquismo otra vez en el las miradas de muchos pueblos. El proyecto socialista y libertario que encaramos, debe contemplar esto. Muchos compañeros quieren saber de qué se trata. Muchos pueblo piden respuestas al anarquismo. Es nuestro deber darlas.

 

 

Nuestra práctica en los barrios

El proyecto político que encaramos desde hace más de seis años, se expresa principalmente en los barrios de la ciudad de La Plata. En sus comienzos se basaba en apoyo escolar, copas de leche, revistas en los barrios, etc. Tomando al barrio como una “maqueta social” donde nos encontrábamos con los desocupados, los trabajadores, los estudiantes, y los millones de problemas a solucionar, la intención era la autoorganización y la pelea organizada desde abajo, sin los intereses del PJ ni de los distintos punteros políticos, por nuestros derechos sociales. Esto comenzó a hacerse notar y el conjunto de circunstancias sumó un paso más: la Coordinadora por un Espacio Participativo y Solidario, donde se expresaba la coordinación de los barrios en los que estábamos más algunas asociaciones civiles, y otros barrios afines. Todo esto expresado en el marco que los principios de unidad, lucha y organización, necesariamente establecían.

Luego el criterio de transformar la mera coordinación de las luchas tuvo su techo y nos planteamos, bajo los mismos criterios cada vez más acentuados, que la lucha por los derechos sociales debía tener una mayor profundización: ampliarse en puntos programáticos que contemplaran la lucha política y económica. Las circunstancias por las que padece nuestro pueblo así lo marcaban. Es ahí donde el conjunto de los espacios de masas, se vuelca de lleno en la construcción de una organización político social que pelee por el trabajo, la justicia social y la libertad: las máximas aspiraciones que nuestro pueblo pueda tener. Es entonces que el 9 de julio del 2000 nace desde la vieja Coordinadora, el 1º Congreso fundacional del MUP Movimiento de Unidad Popular, que abarcaba y comprendía el desarrollo de nuestros trabajos como organización política más los diferentes espacios barriales que coincidían en el proyecto del MUP.

Actualmente, el Movimiento de Unidad Popular se encuentra en pleno desarrollo, conquistando grados de organización importantes (La Plata, Florencio Varela, Capital Federal y Quilmes), con una estructura propia, con una dinámica política propia y tratando de unificar a todos los sectores en lucha. En este espacio confluyen las diferentes expresiones barriales organizadas: cooperativas, asociaciones civiles, etc a los que se le suman los estudiantes organizados en aguanegra movimiento de lucha estudiantil, en la que nuestra organización se hace presente.

Nuestra práctica estudiantil

Como señalábamos, nuestra práctica política se expresa en el marco donde se establece la lucha de clases: la universidad es entonces otro de los tantos ámbitos, donde la dirección estratégica de la educación se encuentra en manos de los intereses de las clases dominantes, y la pelea por reivindicaciones sociales se expresa en los grados de organización que allí se establezcan. La creación para impulsar a aguanegra como movimiento de lucha estudiantil fue una decisión política que tenía que ver con ambas cosas, pero que además reflejaba una manera de hacer política.

Al principio nuestra práctica política estudiantil no comprendía lo fundamental de impulsar diversos espacios de participación y de masas, ya que creíamos que era necesario partir desde una visión político-ideológica: por eso allá por el ´97-´98 AUCA estaba en la universidad como organización política.

A medida que transcurrían los conflictos, y el desarrollo de la organización se expandía, las necesidades en la universidad iban variando. En el marco en que se iba a desenvolver la lucha contra los recortes presupuestarios y los ajustes, contra la LES (Ley de Educación Superior) y contra el hambre y la deserción estudiantil que se avecinaba, vimos la necesidad de construir e impulsar una agrupación, un espacio estudiantil que diera la batalla en el terreno político, social y económico, y que estableciera la unidad la lucha y la organización de los estudiantes como solución posible al atropello de los de arriba en la universidad.

En estos momentos aguanegra como movimiento político de lucha estudiantil cuenta con una estructura propia, con una práctica política propia (establecida y reafirmada en su 1º Congreso en abril del 2002), que busca articular la unidad del movimiento estudiantil, buscando siempre aumentar la crítica y la combatividad del mismo. La agrupación lucha por generar la organización y para forjar la Universidad popular que ponga el conocimiento al servicio del pueblo y su liberación.

Actualmente aguanegra participa de la conducción de la FULP (Federación Universitaria de La Plata), y dentro de los criterios solidarios y de unidad con los sectores organizados, es parte del Movimiento de Unidad Popular.

La relación de nuestra organización anarquista y los espacios de masas

Tal como se indica en nuestra declaración de principios, la organización política anarquista no es un fin en sí mismo sino una herramienta para llegar a cumplir nuestro objetivo: la constitución del Poder Popular para que en el camino de arrancar reivindicaciones, pueda ir forjándose como una verdadera amenaza para los de arriba. Esto se encuentra enmarcado en una estrategia revolucionaria sin tiempo que entiende la necesidad de la ruptura con el capitalismo, para construir el socialismo y la libertad: hacia una sociedad sin clases, donde se socialice la economía y las distintas decisiones que hacen a la vida social.

Para lograr esto, la organización se inserta en distintos espacios, como militantes de la misma pero a la vez como lo que somos: vecinos de un barrio, estudiantes, o laburantes construyendo desde esos lugares el Poder Popular. Apostando a distintos frentes de masas, donde convocamos y organizamos o peleamos la dirección de espacios ya organizados, desde un determinado matiz: queremos que esos espacios sean federalistas, combativos, democráticos y que tiendan a levantar la unidad y la libertad como bandera, en pos de construir el Frente de Clases Oprimidas. Es en estos espacios que luchamos por esto, pero no como aparato o como paracaidistas, sino como participantes directos de la organización y la lucha.

Nuestra organización, lejos de pretender tener la verdad revelada, construye una dialéctica permanente con los espacios de masas, intercambiando, vinculándonos, ya que a nuestro entender ningún espacio debe actuar pasando al otro. Nosotros nos reconocemos dentro de la corriente organicista, especifista de nuestra ideología, que supone, en líneas generales, la unión de los militantes libertarios, sus fuerzas y capacidades, para actuar en los distintos campos en donde se expresa la lucha de clases. Por eso estamos en los barrios, sindicatos, centros de estudio, luchas reivindicativas de minorías, etc.

Nuestras luchas deben unirse para derrotar a nuestro enemigo en común. Esta es la tarea de la organización específica anarquista, impulsar y dinamizar todos los espacios donde nuestra clase comienza a organizarse por fuera de los marcos socio-políticos que establece la actual forma de dominación y explotación.

Es decir, la organización política, en nuestro caso, no busca “guiar” al movimiento social, no busca reemplazarlo, no lo usa para extraer militantes sino que la organización en todo caso sirve como dinamizadora, organizadora, y por supuesto, y esto no lo negamos, lucha para darle cierto matiz libertario a estos espacios de masas o movimientos.

Es verdad que algunos partidos de izquierda actúan asfixiando los frentes de masas, lejos de nosotros está esta idea, ya que partimos de la necesidad de la autonomía de nuestra clase. Lo que si nunca vamos a esconder es que pretendemos forjar un Poder Popular con ciertas características, por eso peleamos desde una determinada visión ideológica.

Pretendemos ir desarrollando las fuerzas de nuestro pueblo, por eso creemos que las luchas populares se deben ir “autonomizando” de las fuerzas y expresiones que se insertan o reproducen al sistema, autonomía activa en el enfrentamiento con los de arriba, en la búsqueda de poder local y global, forjando nuestro propio destino. Esta autonomía se da a partir de un proceso de aprendizaje y confianza en las fuerzas propias del pueblo. Creemos que el socialismo se construye desde ahora; luchamos por una sociedad organizada desde abajo hacia arriba, desde los órganos e instituciones del poder popular